Ingeniera Civil

Agustina Rodriguez

Agustina es una joven profesional de la construcción. Estudió ingeniería civil en su ciudad natal, Bahía Blanca. Al finalizar, se mudó a Capital Federal para trabajar en Caputo. Cree que el crecimiento profesional está directamente vinculado a la vocación y al esfuerzo puesto en el estudio y en el trabajo.

“Si una quiere y esta decidida en su camino, el llamado llega.”

¿Qué camino educativo recorrió desde la secundaria hasta acá?

Yo soy de Bahía Blanca. Al terminar el polimodal, ingresé directamente en la universidad para estudiar ingeniería civil. Cuando me faltaban unos finales de esta carrera, me inscribí a arquitectura. Esta última había recién llegado a la ciudad. Pero al recibirme de ingeniera me vine a trabajar en Caputo la dejé. Fue dos días antes de rendir el último final que me llamaron desde la empresa. Lo rendí y a los pocos días, me vine a Capital Federal a vivir y a trabajar.

¿Cómo es un día de su trabajo?

Al llegar, lo primero que hago es revisar los mails porque hay muchos contratistas o gente que te manda correos después de finalizado mi horario de trabajo. Si tengo algo pendiente del día anterior, o alguna directiva que ya hice, lo reviso. Después, hago un repaso por la obra. Luego, sigo los gremios que a mí me correponden que son de las terminaciones, ya que la obra está en su etapa final, pintura, rejas y placas de yeso, entre otros. Entre las doce y la una y media, paramos para comer todos juntos. Después, vuelvo a revisar emails y me voy para la obra. Esto es muy relativo ya que si tengo algo urgente, me traslado directamente, o si tengo otra cosa que observar, me concentro en eso.

¿Cuál es su parte favorita en el trabajo?

Ir a la obra y ver lo que surge ahí junto a los capataces, trabajadores, obreros. En la obra el tiempo se te pasa mucho más rápido y aprendés mucho más.
En la oficina, los trabajos de papelerío y numéricos me parecen muy cuadrados.

¿Qué le dirías a tu “yo” de 18 años?

Creo que lo mismo que me decía mi mamá. Que elija el camino que tenga ganas de hacer. No guiarse por lo económico sino por lo vocacional. La salida de trabajo la va armando cada uno si realmente le gusta. Es importante, para mí, hacer una carrera. Pero también veo mucha gente que no cursa en la universidad y que arma su camino con mucho ímpetu, y les va bastante bien. Siempre tener la idea de progresar.

¿Cuáles son sus planes de futuro en tu carrera?

Mi idea es seguir trabajando porque día a día voy aprendiendo mucho.
Me gustaría, el día de mañana en un largo plazo, hacer algo por mí misma como emprendedora en este rubro.

¿Qué le dirías a alguien que quiere trabajar en la construcción?

¡Que lo haga! Realmente es divertido. En el trabajo me encuentro con muchas situaciones agradables. Desde equivocarte y que te digan “tranquila, tiene solución” y hacer las cosas bien y que te las festejen.
Está muy bueno, este ámbito me gusta mucho. Y, siendo mujer, me siento súper cómoda y nunca tuve problemas por ello. No se hacen diferencias como antes.

¿Tiene algún cable a tierra?

Me gusta mucho cocinar.

¿Algo que quieras compartir que inspire a otros en su recorrido profesional?

Que haga lo que le apasiona. Que, si de golpe lo hace obligado, va a poder hacerlo por un tiempo, pero si no tiene esa pasión, que busque lo que realmente en su interior lo apasione. En el caso mío son los fierros y me apasiona la parte tecnológica y es lo que continuamente trato de ver todos los días que me levanto.
Si no me gustará lo que hago y solamente me llamaría la atención el tema de las vacas, la soja y el maíz, estaría frito. Sería para mí un padecimiento, no podría trabajar, y en este caso yo disfruto todos los días ir a trabajar.